Independencia Financiera para Millennials y Más Jóvenes

¿Perteneces a una de estas generaciones, con ingresos insuficientes para lograr tu independencia financiera? He aquí algunas recomendaciones para salir del problema.

Si llevas tiempo con la frustración de no tener dinero; si te quejas constantemente porque no te alcanza para casi nada, es hora de cambiar la actitud, porque por ese camino no sólo no llegarás a ningún lado, incluso la situación podría empeorar. 

¿Qué es independencia financiera?

Aunque este término se usa también como sinónimo de “Libertad Financiera”, aquí lo utilizamos específicamente para describir la capacidad que tiene una persona de solventar todos sus gastos y ser independiente gracias a su trabajo.

En cambio, el concepto de “Libertad Financiera” se refiere a la capacidad que tiene una persona de poder solventar todos sus gastos, incluso obtener un excedente, a base de ingresos pasivos; es decir, sin necesidad de trabajar.

Un rasgo común de las dos generaciones mencionadas, es, efectivamente, la dificultad que han tenido para lograr ser independientes económicamente, en vez de ser sus padres o algún familiar, por lo general, quienes los mantienen, ya sea parcial o totalmente.

Independencia financiera ¿Por dónde comenzar para lograrla?

Se cree fácilmente que la manera de lograr independencia financiera es sólo con mejores ingresos, y es parcialmente cierto, aunque no es la única condición; la otra es saber controlar los gastos, y ésta no sólo es la manera más inteligente para construir esa independencia. Aunque en el futuro logremos tener mejores ingresos siempre será útil llevar ese control.

Aprender a equilibrar gasto e ingreso es una de las mejores habilidades que podemos adquirir

Por otro lado, sin importar si contamos con un sueldo pequeño, tenemos empleos esporádicos o somos profesionales independientes con ingresos variables, otra condición clave para construir independencia financiera es asegurarnos de tener liquidez siempre

¿Que significa liquidez?

Tener recursos disponibles en cualquier momento para poder enfrentar nuestras obligaciones; por ejemplo: efectivo en el bolsillo, saldo en una cuenta a la vista, recursos en un instrumento de inversión de corto plazo, aunque sea una cantidad pequeña. 

Y eso podemos lograrlo si sabemos equilibrar esos dos aspectos de nuestras finanzas que mencionamos antes.

Por tanto, es crucial aprender a eficientar nuestros recursos. Una forma sencilla y fácil de hacerlo es de la siguiente manera:

Control de nuestras finanzas

Para el plazo inmediato

  • Conocer perfectamente cuáles son nuestros ingresos y gastos. 
    • ¿Cuál es la utilidad de hacer esto? Si bien tiene muchas ventajas, una de las más importantes es evitar gastar más de lo que se tiene.
    • ¿Cómo se hace? Con la ayuda de un control de ingresos y gastos. 
    • ¿Dónde obtenerlo? En internet hay infinidad de sitios que ofrecen hojas de excel gratuitamente para finanzas personales. También hay muchas aplicaciones para celular, muy fáciles de usar. 
  • Administrar nuestras deudas, si las tenemos. De lo que menos queremos oír hablar es de este tipo de obligaciones, pero si las adquirimos será mejor hacernos cargo de ellas, porque no van a desaparecer ¿Qué hacer?
    • Pagar completamente las pequeñas deudas que se adquieren.
    • Las que se cubren a plazos asegurarse de tener siempre los recursos para cubrirlas en el momento debido. 
    • Antes de adquirir una nueva deuda analizar objetivamente nuestra capacidad de pago.
  • Identificar los gastos hormiga. ¿Cuáles son? Aquellos gastos pequeños pero numerosos que van sangrando nuestros recursos:
    • Golosinas.
    •  Idas a la cafetería.
    •  Uso excesivo de  taxis.
    •  Demasiadas idas al cine.
    • Servicios que pagamos pero no usamos. 

Al identificarlos, sabremos disminuir algunos en cantidad y otros desaparecerlos.

Para el Corto Plazo

  • Elaborar un presupuesto mensual. Si hacemos una lista con todos los gastos que tenemos regularmente y consideramos desde antes aquellos que deberemos cubrir en el siguiente mes será mucho más sencillo ir administrando la salida de recursos y, lo más importante, saber cuánto necesitaremos para cubrir todas nuestras obligaciones, en vez de enfrentarlas cuando ya están encima. Además, esta lista nos permitirá analizar dónde podemos reducir gastos o evitarlos. 
  • Ahorrar para diversos fondos:
    • Fondo para Imprevistos o  Emergencias. Es un hecho que los imprevistos se pueden prever. Si bien no podemos saber de antemano de qué naturaleza serán, si podemos tener considerada una cantidad para esas eventualidades. Un beneficio extra de este fondo es que si no se utiliza, o sólo parcialmente, el remanente puede guardarse, ya sea para un mayor fondo, transferirlo a otra cuenta de ahorro,  inversión o a otro fondo, como el siguiente.
    • Fondo de Desempleo. Mientras tengamos un empleo con un ingreso seguro, es importante asegurarnos de guardar algo por si perdemos ese trabajo. Nuestra época actual es muy inestable en ese sentido, así que es mejor ser previsor. De preferencia, lo más aconsejable es procurar construir un fondo que cubra 6 meses de nuestros gastos.

Para el Largo Plazo

  • Invertir para un Fondo de Retiro. Sin importar que algunos lo veamos muy lejano y otros no, un fondo de retiro es crucial para asegurar nuestro bienestar cuando ya no podamos trabajar o cuando queramos retirarnos y tener la libertad y el tiempo suficientes para dedicarnos a otras cosas.
  • Hacer una Proyección Financiera. Visualizar escenarios deseables y que podamos alcanzar en cierto tiempo es un método muy útil para lograr resultados, ya que trabajamos sobre un objetivo claro y podemos medir nuestros avances en la dirección correcta. Además, un aspecto muy sutil que esconde esta acción es que estamos poniendo una intención clara en nuestra vida, y ese impulso es fundamental para el logro de metas.

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Independencia financiera ¿Cuáles son las causas que impiden lograrla?

Un error común al abordar este problema es creer que la única razón de carecer de independencia financiera es debido a factores que están fuera de nuestro control; por ejemplo, los obstáculos que ponen las empresas a los más jóvenes para dar oportunidades laborales, el reparto injusto de la riqueza, los sueldos tan bajos, la inflación, etc.

Sin embargo, existen otros que están en nosotros mismos, y que nos colocan en una posición desventajosa para resolver este problema.
Desde mi punto de vista, la principal carencia –no sólo de estas generaciones, inclusive de las anteriores– es la falta de una sólida educación en finanzas personales que nos permita administrar nuestros recursos de manera óptima e inteligente. Es la asignatura tristemente ausente en nuestra formación escolar, y que hoy tanta falta nos hace a la mayoría.

Paradójicamente, no es difícil adquirirla. Y te aseguro que puede ser la diferencia entre una vida en el eterno estira y afloje por el dinero y una vida con certeza y tranquilidad financiera, con bienestar material.  

En resumen

Al leer todas las acciones que sugiero es probable pensar que son muchas y difíciles. Pero no es para agobiarnos con ello, más bien lo inteligente sería ir incorporando aquellas acciones que sintamos posibles de realizar, y poco a poco ir agregando otras.

Para lograr estos objetivos son cruciales dos cualidades: paciencia y tenacidad.

Por último, tengamos presente que los factores externos no los podemos cambiar; sí los internos, los que están en nosotros. Y siempre será más práctico y sensato ocuparnos en aquello donde podemos incidir.

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Foto: unsplash-logoMichael Longmire

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