Sabemos la causa de nuestra vida tan desgastante, y decimos: ”de acuerdo, es el estrés”. Cómo combatirlo es la pregunta obvia. He aquí algunos tips.
El origen del Estrés
Estamos tan sumergidos en ello y desde hace tanto tiempo que ignoramos cuándo comenzó. Y nos parece tan natural, como si fuera una parte esencial de la vida.
En cierto modo lo es. Como lo mencionamos en un artículo anterior –Estrés Crónico. Entendiendo sus Causas y Consecuencias– es un mecanismo de nuestro cuerpo imprescindible para subsistir. Es la reacción ante situaciones de emergencia que lleva a dos respuestas: enfrentamiento o huida.
Respondemos a factores externos; por ejemplo: aquel auto que de pronto se nos atravesó y nos hizo frenar drásticamente, el miedo a perder el trabajo, la premura por las cuentas pendientes, la inseguridad, etc. Todo eso es lógico y comprensible.
Pero debe estar equilibrado, porque no es sano estar siempre en alerta máxima.
Estrés. Cómo combatirlo: sus causas externas e internas
Como lo mencionamos en el artículo citado, el estrés no tiene necesariamente un solo origen; por lo general, es la suma de muchas circunstancias.
Ahora bien, es fácil creer que tal origen siempre está afuera y nosotros sólo somos simples víctimas.
Sí; de acuerdo. Es un hecho que existen situaciones quizá fuera de nuestro control; sin embargo, otras las creamos nosotros. Y si lo analizamos detenidamente, muchas de esas circunstancias nacen de la carencia de hábitos de vida saludable.
En esta primera parte abordamos dos cualidades que difícilmente las consideramos cuando hablamos de Estilos de Vida Saludable.
Orden y planeación. Hábitos clave de un estilo de vida saludable
Hay actividades que realizamos todos los días de manera rutinaria: comer, dormir, darse una ducha, tomar el bus o el auto para ir al trabajo, cepillarse los dientes, etc.
Sin embargo, nuestra existencia no está hecha solamente de estas acciones, cada día surgen pendientes o compromisos eventuales que “salpican” el día y que demandan nuestra atención.
En ese sentido, casi todas las personas somos iguales, lo diferente es la manera como resolvemos estos pendientes.
¿Cómo te describirías mejor?:
- Una persona que se despierta todos los días sólo recordando qué tiene que hacer ese día, esa semana o mes; es decir, apoyándose únicamente en lo que está en su cabeza.
- Una persona que lleva algún tipo de control de esos pendientes y los resuelve ordenadamente.
Si te pareces más al perfil 2, seguramente tienes menos estrés, al menos en ese aspecto; si te pareces más al perfil 1, es muy probable que padezcas de mucho más estrés que la segunda opción.
Organizar nuestros pendientes apoyándonos sólo en nuestra memoria es la manera más caótica y menos eficaz para resolverlos, por ende este perfil produce mucho más estrés.
A eso habrá que agregarle que, en el caso de las personas que padecen estrés crónico, que es un altísimo porcentaje de la población urbana, su memoria podría estar ya deteriorada por ese mismo estrés. Esto agrava aún más la situación.
Por otro lado, es muy común que las personas desorganizadas tiendan a un perfil más reactivo: se lamentan, pero poco o nada hacen por encontrar una solución: sólo padecen el problema.
¿Conoces la siguiente definición de locura?
“Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes”
La falta de planeación nos lleva a caer en la rutina del esfuerzo poco o nada eficaz, siempre con el mismo resultado. De ese modo, es imposible salir del círculo vicioso del abrumamiento, el desgaste y la frustración.
Estrés. Cómo combatirlo
Aquí te va una serie de consejos muy simples para comenzar a organizarse mejor:
- Recordatorios en el celular. Son muy fáciles de programar y siempre los tendrás a la mano. Son más eficaces si te acostumbras a generarlos inmediatamente después de acordar un compromiso, la ejecución de una tarea, etc.; de lo contrario, es fácil olvidarse de hacerlo más tarde.
- Agendar todos los pendientes que sean realmente importantes de atender (pagos, trámites, etc.). Puedes ordenarlos una semana antes, algunos incluso un mes.
- Lista de tareas organizadas por fecha y, si es necesario, hora de ejecución. Paloméalas cuando las hayas resuelto, y las que no, reagéndalas; nunca las dejes atrás en los días pasados, porque fácilmente te olvidarás de ellas.
- Si un problema implica varias acciones, mejor enlístalas como sub-tareas y organízalas en el orden de ejecución más adecuado.
- Utiliza la regla de los 2 minutos: si crees poder resolver un pendiente dentro de ese lapso, hazlo de una vez y no postergues.
Esta lista de recomendaciones no tiene nada de extraordinaria.
Probablemente dirás: “ todo eso ya lo sé”; “son recursos que conozco” “no son recomendaciones novedosas”.
Sin embargo, el meollo no está en los recursos disponibles para organizarse. La clave está en convertirlos en “hábitos”. Es ahí donde la mayoría falla.
Te aseguro que la lista funcionará siempre y cuando te comprometas a convertirla en hábitos. De otro modo el milagro no sucederá, y seguramente continuarás acumulando problemas, preocupaciones y padeciendo estrés.
Conclusiones
Queda claro cómo, a pesar de recibir muchos desafíos externos que no podemos evitar, otras presiones se originan en nosotros, y por tanto somos responsables de ellas.
Si bien el objetivo de este artículo ha sido ofrecer algunas ideas sencillas para organizarse mejor, también busca generar conciencia sobre la importancia y utilidad del hábito del orden.
Incorporar estos hábitos productivos es una de las mejores inversiones que podemos hacer en nuestra vida.
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Foto: Stefano Pollio