Se dice: “Los seres humanos somos emocionales por naturaleza”. Entonces, entender nuestras emociones es parte del poder entendernos. En consecuencia, un buen manejo de ellas será una pieza fundamental para nuestro bienestar emocional.
¿Qué son las emociones?
Son respuestas que nos permiten relacionarnos con nuestro entorno, ya sea natural o interpersonal. A la infinidad de estímulos externos que recibimos continuamente contestamos por medio de una emoción de diferente intensidad.
Son reacciones internas que desencadenan procesos fisiológicos y conductuales.
De modo que las emociones nos acompañan en todo momento y sería muy difícil vivir sin ellas.
Algunos psicólogos aseguran que existen seis emociones primarias:
- Tristeza
- Alegría
- Sorpresa
- Ira
- Miedo
- Asco
Por otro lado, la homeopatía, al igual que otras ciencias muy antiguas como el Ayurveda o la medicina china, las ve como temperamentos que se relacionan con nuestro estado físico.
Ellas nos predisponen a reaccionar de ciertas formas, las cuales tienen impacto en nuestro cuerpo pero también en nuestra forma de ver la vida; por ejemplo, una persona colérica puede tender a ser intolerante, pero también aguda, analítica.
¿Cuál es la utilidad de las emociones?
Según ciertos autores, sus funciones principales son:
- Adaptación. Responder a los estímulos de nuestro entorno con una conducta determinada.
- Interacción social. Manifestar nuestras emociones nos permite interactuar con los demás.
- Motivación. Derivar en acciones que tengan dirección e impulso.
¿Porqué es importante tenerlas muy en cuenta?
- En la vida tomamos decisiones constantemente, y al ser reacciones inmediatas ellas pueden ser un factor decisivo sobre nuestras elecciones, y por ende incidir en nuestro bienestar personal integral.
- Se expresan orgánicamente, lo cual tiene un efecto profundo en nuestra salud física.
- Reflejan profundamente nuestra visión de la vida.
¿Cómo nuestras emociones nos pueden meter en problemas al no saberlas manejar?
Por ejemplo:
- Si superan nuestra sensatez o sentido práctico.
- Cuando nos impiden aceptar lo inevitable y actuar en consecuencia.
- Al dejarnos atrapados en el círculo vicioso de la “reactividad”.
- Cuando ponemos en riesgo nuestra integridad (física, mental, financiera) y quizás la de otros.
¿Cómo construir nuestro Bienestar Emocional?
Empezando por vivir equilibradamente nuestras emociones; por ejemplo:
- Cuando aprendemos a manifestarlas sin hacernos daños o hacer daño a otros.
- Al fluir con ellas y nos permitimos vivir positiva y plenamente, sin culparnos.
- Si evitamos convertirlas en nuestras adicciones.
- Aprendiendo a estar presentes y, así, observarnos objetivamente, atentos a nuestro comportamiento.
En conclusión
Darle la importancia que merece a nuestro bienestar emocional beneficiará definitivamente otras áreas de nuestra vida, como, por ejemplo, la salud física o la calidad de nuestras interacciones con los demás.
Foto: Helena Lopes